viernes, setiembre 29, 2006

Un brindis por los tetelemeques

Los tetelemeques neoliberales creen que el TLC es tan necesario como el oxígeno, tan beneficioso como soñar con Juliette Binoche comiéndose el chocolate que le pusimos en la boca y tan indiscutible como la santísima trinidad para los hinchas del Vaticano.

Pero esos tetelemeques se chocan y se chocarán con la realidad. Ayer, por ejemplo, dos acontecimientos remecieron el mundo de pacotilla cerebral de estos pajes del imperio.

Uno, el presidente de Uruguay, el señor Tabaré Vásquez, que sí cumple sus promesas electorales –o sea que tiene una dimensión ética de la política–, anunció que Uruguay acaba de rechazar un TLC con los Estados Unidos.
Las palabras exactas del señor Vásquez fueron las siguientes:–Hemos rechazado cordialmente un ofrecimiento de los Estados Unidos para firmar con ellos, y por la vía rápida, un TLC como el que firmaron Colombia y Perú.

A cambio, le hemos ofrecido a los Estados Unidos ampliar el Tratado de Protección de las Inversiones y reforzar nuestro comercio bilateral en condiciones de mutua ventaja.

¡Vaya! Eso es un presidente. Eso es un político que se honra a sí mismo cumpliendo sus compromisos electorales.

Y eso es un socialdemócrata de veras, que no traiciona sus principios y que escucha a sus socios –Argentina y Brasil– en vez de oír acatadoramente la Voz de América.

Que el doctor Alan García, estricto incumplidor de los contratos éticos que suscribió como candidato, sepa que en América Latina no todos son como él. Y que si Baruch Ivcher y sus sirvientas lo aplauden cada noche, eso no le garantiza el respeto del futuro y ni siquiera el de sí mismo.

La segunda noticia relacionada con el mundo de los tetelemeques neoliberales, que aquí son legión y aspiran –entre otras cosas que aspiran– a dictar la agenda unificada de la prensa despatarrada, es la publicación en México de un estudio escrito por observadores independientes que han monitoreado los doce años de vigencia del NAFTA, o sea el TLC tripartito firmado por Estados Unidos, México y Canadá.

¿Qué dice el estudio? Bien sencillo. Dice que “las reglas del NAFTA protegen los intereses de los grandes grupos de inversionistas y socavan los derechos de los trabajadores”.

Así como lo oyen. “El empleo es hoy más precario y los salarios se han reducido” ha escrito Carlos Salas, autor del capítulo de México del referido estudio. Salas es investigador del internacionalmente reconocido Instituto de Política Económica, responsable del monitoreo y que asignó a Bruce Campbell y a Robert Scott las monografías dedicadas a Canadá y a los Estados Unidos, respectivamente.

Salas señala que en México los ingresos corporativos han aumentado, la desigualdad se ha mantenido cuando no acrecentado y que sólo el 37% del empleo creado entre el 2000 y el 2004 tiene características formales e implica beneficios indemnizatorios.

El resto es empleo precario y el 23% de ese resto no supone beneficio alguno ante el despido sin causa que es parte del nuevo mercado laboral.
“Donde ha subido el empleo es en la rama de las maquiladoras (ensambladoras de productos), donde los salarios son los más bajos y los beneficios fluyen mayormente a las grandes compañías, al sector financiero y a un pequeño grupo de trabajadores profesionales comprometidos con el proyecto”, añade Salas.

Pero donde más ha sufrido México es en el campo, donde el volumen de trabajadores ha descendido junto al producto del sector. En 1991 la población mexicana dedicada a la agricultura era el 26,8%; en el 2004, había descendido al 16,4%.

Y no es que México se haya industrializado con pasos de Gulliver: es que amplios sectores del campo han colapsado en una masacre de aranceles, subsidios norteamericanos sin correlato mexicano y barreras norteamericanas no arancelarias para algunos productos mexicanos competitivos.

¿Dónde está el señor Toledo, el del sí o sí? Sigue en Palacio de Gobierno reencarnado en Alan García, el del “debemos revisar con pinzas ese tratado”.

El del “revisaremos ese tratado cláusula por cláusula”. Toledo y su servilismo pro norteamericano dejaron su legado vinculante en Palacio.
En el Versalles mala copia que da a la puerta de Desamparados, se brinda ahora por el TLC levantando copas de Opus One, que dicen que es lo mejor del Napa Valley.¡Salud, doctor García!

Tabaré Vásquez lo llama por teléfono. Haga el favor de no contestarle. No queremos pasar otra vergüenza.